Explosión por ciclopropano. Hace 40 Años: 6 de Mayo de 1963

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7 curtiram
Edicion Nº 11 - Mayo de 2003
RESEÑA HISTÓRICA

En el accidente del 6 de mayo de 1963, quizás el mayor que registra la historia de la Anestesiología mundial, fallecieron el Dr. Mario Torres Kay, Presidente en ejercicio de nuestra Sociedad, la Dra. Ana María Jurisic Villalón, cuyo trabajo de ingreso había sido aceptado en la primera reunión del año, y los colegas traumatólogos Dr. Enrique Zavalaga y Dr. Jaime Palominos. Resultaron además con heridas de gravedad otros dos cirujanos y dos auxiliares. La causa: una explosión generada, probablemente, por la manipulación de un balón de ciclopropano.

Tras el doloroso suceso, el Directorio de la Sociedad emitió la siguiente declaración:

Esta Sociedad, fundada el 16 de Octubre de 1946 (fecha del centenario de la primera anestesia administrada públicamente con éter) constituida por la mayoría de los médicos cirujanos que ejercen la especialidad de anestesiología (anestesia) en el país, se reunió extraordinariamente el lunes 6 de Mayo de 1963, y ante los trágicos sucesos que afectaron a su Presidente Dr. Mario Torres Kay y a su socio activo, Dra. Ana M. Jurisic, resolvió «que ninguno de sus miembros podía hacer declaraciones, conceder entrevistas, formular impresiones, referentes a la explosión e incendio acaecidos en el Hospital Manuel Arriarán, en ese día».

Junto al comunicado, el nuevo Directorio nombró una comisión de tres de sus más connotados miembros para que estudiara el problema. Los Drs. Luis Cabrera, Ernesto Frías y Raúl Mena, con la colaboración de representantes del Colegio Médico, la Universidad de Chile, el Servicio Nacional de Salud, el Consejo Nacional de Seguridad, Directores de Hospitales y Jefes de Servicios de Anestesia, presentaron en Asamblea realizada el 17 de Mayo de 1963 su informe «Condiciones de seguridad para la administración de agentes anestésicos volátiles y gaseosos». Una de las conclusiones de la Comisión fue: «sería absurdo seguir usando ciclopropano sin tomar las precauciones exigidas en otros países. La primera medida por lo tanto parece obvia: suspender el uso del ciclopropano».

Se hizo notar que, en ese tiempo en Chile, sólo los hospitales privados de Chuquicamata y Sewell cumplían con todas las normas de seguridad de USA para el uso de anestésicos inflamables y explosivos.

Además del accidente mencionado la Comisión supo de otros siete casos ocurridos en el país hasta esa fecha, seis leves y uno grave, ocurrido en Abril de 1945. Se produjo una explosión, con muerte de un funcionario, cuando en una sala anexa a Pabellón se estaba «transvasijando oxígeno desde un balón grande y a alta presión a un cilindro pequeño que contenía una atmósfera de ciclopropano».

La tragedia ocurrida hace 40 años tuvo como resultado el que las autoridades de salud, y los propios anestesistas, tomaran conciencia de la necesidad de implementar y de hacer respetar las normas de seguridad tanto en el manejo de equipos y gases anestésicos, como en la construcción, mantención y funcionamiento de las salas de operaciones. El sacrificio de las víctimas no fue en vano.